LA PRIMERA SALIÓ INCREÍBLE

No creo en los talleres literarios, me parecen una taradez. Pero Juanjo Burzi vino con un proyecto que me interesó: el de hacer una clínica donde varios participantes sometan a análisis uno de sus cuentos, y que todos los analistas, como si fuéramos el plantel completo de un hospital, dijéramos nuestro parecer con libertad. Cuando un cuerpo está enfermo lo mejor es recibir varias opiniones de especialistas, opinan las viejas. Me prendí al juego pidiendo solamente no saber el nombre o sexo de los escritores noveles. Mi encuentro con ellos fue un sábado de agosto, en la librería Aquilea. Todos habíamos leído los cuentos de todos. El evento fue bastante promocionado acá en la Milanga. Antes de mí estuvieron Fer García Lao y Valeria. Después, el propio Juanjo. Fue una experiencia maravillosa, creo que para todos. A mis pacientes solo les pedí atención y la suspensión del ego, para que no anduvieran saltando a defender a sus hijos cachuzos. Hice mi crítica como si fuera una clase de diseño de las que doy en la Facultad de Arquitectura. Y salió todo bien: ya me dijeron que hay dos que repiten la clínica, y yo me vuelvo a presentar entre el plantel docente. Esta vez con Bizzio incorporado. Una joyita de esas que sale cada tanto. Los veo ahí.