10.9.12

9


¿Para qué me querías tener entero?

Soy adicto a las mujeres.

¿No te bastaban esos lunes juntos
haciéndonos comidas,
besándonos,
pasando el resto de la noche enroscados
como víboras silenciosas
sobre tu cama brava?

¿No te bastaba con quererme en Palermo
para tener que averiguar mi vida
los fines de semana
en puertos más estables,
donde la realidad se muele entre familia?

¿Para qué me querías del todo entero,
si con el pedacito de lunes que tenías
la pasábamos bomba?

¿Pensaste que ibas a poder comprimirme
en el vacío de tu departamento?
Soy una cosquilla inzipeable,
de esas que jamás regresan al olvido.

Necesito que las mujeres me amen;
no que solamente vos
lo hagas.

¿Para qué insistir en tener entero
a uno al que le gustan todas?

Entero soy horrible.

Los anónimos te enseñan a vivir
el día
para el día.

¿Por qué no me quisiste
un lunes por un lunes?

¿Por qué quisiste
que todos los otros días
también fueran el lunes?

Más que el día por el día
querías tener el día para siempre.

Esa es la novedad.

Ahora estoy vacío y frágil
como la cáscara de un huevo soplado.

Y nuestros hijos son los únicos que logran preocuparme. 

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