"Y el agua le corrió por la nariz hasta los labios. Una gota le cayó en un ojo, nublándolo. Otra le estalló en el mentón.
La lluvia.
Fresca, dulce y tranquila, caía desde lo alto del cielo como un elixir mágico que sabía a encantamientos, estrellas y aire, arrastraba un polvo de especias y se movía en la lengua como un jerez liviano."
De "Crónicas Marcianas"