"Mezclarse y ordenarse, por ahí va la cuestión. Porque además de ser escritor, Gustavo Nielsen es arquitecto y un disfrutador de Buenos Aires (el orden de los factores no altera el producto, detalle no menor si pensamos que parte de la fascinación por el cálculo y las combinaciones que permiten dar forma). Entonces es pasar de un punto a otro hasta que confluyen. Como sucede con los concursos, una situación que repite.
¿Qué hay con eso?
Me parece la manera más limpia y elegante de acceder a algo. Como arquitecto participé de unos 40 (en esta última etapa asociado con colegas como Max Zolkwer, Ramiro Gallardo, Pablo Suárez y Sebastián Marsiglia). De literatura, más de cien. En un concurso de arquitectura desarrollás un trabajo con un fin específico, trabajás con un equipo con el que se arma una cofradía. Con la novela no pasa. La escribiste, te gusta, la mandás a un lugar, a otro... El concurso sirve para ponerla al día, para corregir o hacer cambios, hasta que alguna llega y la concreción es inmediata."
¡Gracias, Einat!