6.4.12

EL FUTURO DEL PASADO POR MARGARITA GUTMAN


El futuro medido mediante el deshojado de las flores es tan azaroso como las chances en la ruleta: si te toca par, no te quiere, si te toca impar, sí. Es como el futuro que encuentra Margarita en sus hallazgos; algo de “me quiere”, algo de “no me quiere”: una hipótesis caprichosa que tal vez nunca se convierta en mañana, pero que es lindo practicarla para mantener alerta la fe. Tengo una pila de libros en mi biblioteca sobre el año 2000 escritos en los sesenta y setenta; casi ningún autor acertó nada. Pero quién les quita lo bailado de haber imaginado lo que vendría relajada y despreocupadamente, por así decirlo: a pata suelta. Y de vez en cuando aparece algo que se cumple, entonces, ¡chapeau!.

Gutman es una investigadora de la UBA, pero también es una Margarita que predice el futuro. Los libros de Gutman nos tienen acostumbrados a una incertidumbre divertida y son volúmenes de muchos pétalos. Tengo dos arriba de mi escritorio “Buenos Aires 1910: Memoria del porvenir” y el reciente “Buenos Aires, el poder de la anticipación”. El primero es el catálogo de una hermosa muestra que Gutman hizo en el Abasto. Está auspiciado por la universidad pública, el Fondo Nacional de las Artes y el IIED (Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo de América Latina). Casi todos los temas allí tratados en textos, fotos y grabados son acerca de la vida de porteños e inmigrantes en 1910. Los títulos son: “Puertas del río y puertas de la tierra”, “Vivir en los barrios”, “Construir la gran capital”, “La euforia del centenario”. Es en este último capítulo que al libro se le cuelan veinte páginas describiendo la idea que esos porteños tenían del 2010. Son extractos de notas y dibujos de Caras y Caretas, La vida moderna, P.B.T. y páginas del almanaque Peuser. Hay gente volando, puentes inmensos, tráfico desquiciado, dirigibles, veredas móviles, máquinas imposibles y autopistas en las alturas. Hay chistes, pero también hay dibujos de arquitectos. Como dispuesta a cumplir el presagio de lo que vendría, Margarita Gutman editó una ilustración de Arturo Eusevi fechada el 25 de mayo de 1910 para la tapa: rascacielos, calles aéreas y varios niveles de ciudad en altura. Esas 20 páginas en 600 le comieron el libro.


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