2.3.12

EXMA / MEMORIA


ESPACIO PARA LA MEMORIA
“Los monumentos están vivos mientras se discute sobre ellos.”
Horst Hoheisel
PRIMER COMUNICADO:
“Entraremos al Cuatro Columnas por una puerta diferente a la que usaron los genocidas.”
Entre víctima y victimario, estamos del lado de la víctima. Por eso la entrada al Cuatro Columnas no tocará al edificio. Será un ingreso clandestino y lateral, una especie de intromisión de diseño sobre el estilo academicista del edificio.  Al Cuatro Columnas hay que ingresar, definitivamente, por abajo. Aprovechamos para tal evento el sótano de la tira central, cavando además una porción de patio cubierto, con lo que se consiguen interesantes diferencias de nivel y balconeos.
El diseño de la nueva puerta intenta involucrar a todo el complejo. Pensamos que, siendo el Cuatro Columnas el emblema de la Ex ESMA, ingresar al Cuatro Columnas merecería ser la entrada a todo el complejo urbano.  La bandeja subterránea de entrada nos hace entrar al edificio, pero sobre todo nos introduce en el Patio de Armas, el corazón mismo de todo el complejo. Entrar al Cuatro Columnas es, desde ahora, entrar a toda la Ex ESMA.
Este nuevo modo de ingreso nos permite, además, no tocar la fachada del edificio ni por un momento, dejando su vista inmaculada hacia la avenida y la ciudad.

SEGUNDO COMUNICADO:
“El Cuatro Columnas también será denominado Cuatro Lucarnas”
Cuatro lucarnas con forma de paralelepípedo remarcarán desde la Avenida del Libertador la nueva lateralidad del edificio, enfatizando el ingreso subterráneo planteado.
Dichos artefactos servirán de referencia urbana, señalando los espacios de las salas temáticas en la exposición superior.

TERCER COMUNICADO:
“Cambiaremos el eje de simetría del Cuatro Columnas, de vertical a horizontal”
Para lograrlo utilizaremos un espejo de agua sobre la fachada. El espejo conseguirá un reflejo parcial de toda la fachada, armando una simetría de tipo horizontal. Lo horizontal siempre se ha enmarcado en la historia como algo popular, al lado de la verticalidad militar.
El agua servirá además para desaconsejar cualquier intento de ingreso por las escaleras anteriores, donde la puerta seguirá estando, ahora clausurada.
  
CUARTO COMUNICADO:
 “La Plaza de las Armas será utilizada como Plaza de las Palabras.”
Un orden tipográfico se superpondrá sobre la Plaza de Armas, sustituyendo balas por palabras.
Como en el concurso de anteproyectos se pide específicamente la no injerencia en el diseño de espacios ajenos al Cuatro Columnas, la inscripción de la Plaza de las Palabras dentro de la Plaza de Armas no pasa de ser un dibujo en el suelo, realizado en solado calcáreo. Dejar el patio vacío, sin ocupar, es una invitación a que lo llene otra propuesta.
El objetivo es contar una historia, la historia, en este patio.
“Un relato múltiple, abierto a la interpretación, promoverá la reflexión y el aprendizaje. Un relato que incluya diversas voces, pero con un acuerdo de principios básicos. Un relato que combine el documento, el testimonio y el arte”, Buena Memoria, Asociación Civil.
  
QUINTO COMUNICADO:
“El Cuatro Columnas será ratificado como Monumento urbano.”
En sustancia, ya es un monumento. Por lo que aquí aconteció, por el pasado. Todos los sistemas de diseños a incorporar a través de este anteproyecto están destinados a valorizar esta situación.
La idea es pintarlo totalmente de blanco, cambiando sus tejas por tejas blancas, poniendo vidrios translúcidos del mismo color en algunas de las ventanas y blackouts también blancos detrás de los vidrios transparentes. El resultado será tener un edificio con una cobertura como de azúcar.
Monocromatizar el Cuatro Columnas es convertirlo definitivamente en un Monumento.
Pasará a ser un edificio congelado, petrificado. Que aparente ser de un solo material, como el busto de San Martín en una plaza de barrio. Un edificio albino.
“El Monumento es la memoria”, Remo Bianchedi.

SEXTO COMUNICADO:
“La reflexión es tan o más importante que la misma memoria.”
Recordar es un acto de responsabilidad individual, y un acto de responsabilidad civil. La Ex ESMA es un lugar de restitución. Un pasado ominoso requiere de la exhibición de objetos e imágenes de la tragedia, del luto. Objetos que pertenecieron a las víctimas, en los lugares exactos donde ocurrieron los sucesos. Este es un modo de exhibir la memoria: historicismo y representación directa. Creemos que es necesario, pero que al mismo tiempo inmoviliza. Horroriza y excluye, más que llevarnos a pensar.
Hay otro modo de establecer contacto con los sucesos acontecidos: el arte como forma de diálogo con el horror. La opinión de los artistas en una participación activa y solidaria. El pensador Hugo Vezzeti señala que “el pasado ominoso requiere, para convertirse en una experiencia operante y transmisible, de imágenes y relatos tanto como de interpretaciones racionales y conceptuales”.
Dividimos la gran sala del programa permanente en dos partes, relativizándolas a cada uno de estos dos modos de exhibir la memoria. Las “imágenes, objetos y relatos”, tan importantes ellos, ubicados  en la tira larga del Cuatro Columnas. Las “interpretaciones filosóficas y artísticas” (o “racionales y conceptuales”, como  afirma Vezzeti), en un espacio nuevo, de hormigón y vidrio, armado dentro del patio cubierto, en una estructura independiente del edificio viejo. Allí también se encuentran la biblioteca, el bar, las exposiciones transitorias. La inmaterialidad de estos lugares comunica transparencia desde su construcción.
El núcleo duro, oscuro, mimesis de la resistencia y del terrorismo de Estado en el Museo, está insertado en el Cuatro Columnas original.
El núcleo blando, del pensamiento y la expresión, suspendido en el patio.