Lo de esquiar de abajo es un chiste, se ve. Pero dibujar, dibujé. Estuve una semana en el Llao Llao para hacer una nota, y después me tomé otra para corregirla y dejarla jamón. La segunda parte fue en Cariló, por eso la segunda parte de los croquis que vienen también pertenecen a esa playa que supo ser fantástica en otro tiempo, y hoy es un nido de camionetas y cuatriciclos. Una pena: otro paraíso estropeado por el exceso de autos. Aunque la casa de Ed en el bosque sigue siendo un sueño. Y el invierno debe seguir garpando, voto al ofri espantador de pelotudos a motor.
Desde mañana en adelante, todos los croquis. Hagan click sobre las imágenes para verlas ampliadas.