"El plan era viajar en agosto, en plena temporada turística de invierno. El hotel estaría repleto de esquiadores felices para quienes los escritores serían una atracción más. La alegría colectiva y la ausencia de conflicto podían malograrlo todo, ya que el clima festivo y la creatividad no siempre hacen pareja. Había que cambiar intimidad por ruido, pero era un riesgo que se podía correr sin miedo. Nadie podía imaginar que los escritores, el editor y el periodista estarían prácticamente solos en las inmensas salas del Llao Llao. Era imposible saber que a principios de junio entraría en actividad incontrolable el complejo volcánico Puyehue-Cordón del Caulle, que caerían muchísimas toneladas de cenizas sobre toda la región de los bosques, que se suspenderían los vuelos y que, por desgraciada consecuencia, la temporada patagónica de invierno fracasaría.
El viaje se hizo igual, aunque era lógico pensar, a fin de julio, que se suspendería. El seleccionado literario tuvo un precalentamiento de trescientos kilómetros por tierra, entre Esquel y Llao Llao, para probar la convivencia obligatoria de los días siguientes. Cuando llegaron al hotel desierto, ya sabían que, al menos en el aspecto humano, aquello no sería un mal programa.
Ahora que el libro está a punto de llegar a las librerías se pueden ver las ventajas de los conjuntos variados, ricos en diferencias y matices. Con tantos meses de preparativos y tantos accidentes naturales, era lógico que hubiera alzas y bajas respecto de la nómina inicial. Finalmente quedaron Arturo Carrera, Sergio Chejfec, Robertita Superstar, Gustavo Nielsen, Ariel Magnus y Edgardo González Amer. Por adn fue Pedro B. Rey, subeditor de la revista. Al regreso contó que para motivar al grupo, Indij hizo que proyectaran una noche la clásica película de Stanley Kubrick El resplandor, en la que Jack Nicholson sucumbe a la locura y a la furia asesina en un hotel de lujo."
Completa, en el suple de La Nación.