"¿Por qué besamos? El beso es adictivo. Como una droga. Nos gusta. Las pupilas se dilatan. El cerebro se ilumina. Según la neurocientífica Wendy Hill, del Colegio Lafayette en Pensilvania, los niveles de cortisol descienden. Se aleja el estrés. Pero, ¿y si el primer beso no nos gusta? La relación romántica cae hecha pedazos. Un estudio mostró que el 66% de las mujeres y el 59% de los hombres no empezaron una relación romántica por el desencanto del primer beso. Así que es posible que el beso sirva para obtener información mutua. El intercambio de saliva podría permitir que el hombre pasase cantidades de testosterona a la mujer para estimularla y hacerla más receptiva al acto sexual. Los besos también podrían ser una forma de selección femenina mediante el olfato..."
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