22.4.11

EL HOMBRE QUE PODÍA RECORDAR SUS VIDAS PASADAS / APICHATPONG WEERASETHAKUL

"–Hace unos años, el abad de un monasterio que estaba cerca de mi casa me contó la historia de un hombre mayor, que un día llegó al templo para ayudar con las actividades cotidianas y, de paso, aprender meditación. Un día, este hombre, que se llamaba Boonmee, le contó al abad que cuando se hallaba en estado de meditación profunda, podía ver sus vidas pasadas desfilar frente a él, como una película. Se veía a sí mismo como un búfalo, una vaca, incluso como un espíritu que vagaba por las planicies del nordeste de mi país. Esta historia impresionó al abad pero no lo sorprendió, porque no era la primera de este tipo que escuchaba en su vida. El abad llegó a publicar un libro sobre este hombre, que se llamaba El hombre que puede recordar sus vidas pasadas. Lamentablemente, cuando el libro llegó a mis manos Boonmee ya había muerto.

–¿Cree en la reencarnación?–Creo en la transmigración de almas entre humanos, plantas, animales y espíritus. La historia del tío Boonmee muestra la relación entre el hombre y el animal, y al mismo tiempo rompe la línea divisoria entre ambos.

–¿Considera que el cine está en condiciones de conjurar esos espíritus o fantasmas?
–Creo que las historias que las películas cuentan se convierten en memorias compartidas entre quienes las filman, los actores y el público. Desde esta perspectiva, filmar una película no es muy distinto de crear vidas pasadas. Me interesa explorar el funcionamiento de esta máquina de tiempo que es el cine. Tiene que haber fuerzas misteriosas que esperan ser reveladas, en la medida en que muchos de los fenómenos que en otro tiempo se consideraron “magia negra” fueron confirmados científicamente. Para mí, una de las formas en que esas fuerzas pueden manifestarse es a través del cine."

Sigue en Página 12.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario