4.6.10

REVISTA DE LETRAS / LA FE CIEGA

"Para terminar, sobre «El café de los micros» no cabe decir demasiado, y es mejor dejar a los lectores casi a ciegas, despertar su curiosidad, pero una curiosidad febril, insolente, como de niño empecinado, esa pasión inconsciente que se parece tanto a la fe. Es un relato soberbio, vivísimo, un cuento excelente y heredero de muchas cosas, escrito hace tiempo ―tiene casi siete años, por lo que se deduce de los agradecimientos del libro― y se supone que muy grato para el autor, por su recorrido. Pero créanme ―no es dogma, pero casi―, porque no les miento y tengo una fe ciega en esto: si «El café de los micros» lo hubiera escrito un tal Sam Shepard, por ejemplo, ya sería parte del canon, ya lo habrían rodado los hermanos Coen, o David Lynch, o Kusturica, o Kieslowski, o cualquier otro realizador capaz de plasmar esa calidad fílmica que tienen los espacios abiertos en la Argentina; capaz de contar en fotogramas la bella y violenta historia de un padre, un hijo, las bestias del exterior, los demonios interiores, la fiebre y el café dulce y tibio de la infancia; capaz de poner en imágenes ese viento feroz ―como el mate más genuino: un viento sin milongas― que azota lo literario en aquella página meridional del cuento en castellano desde la que escribe Gustavo Nielsen."

Acá la nota completa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario