21.10.09

LITERATURA Y TRIBUNALES / DAMIÁN TABAROVSKY

En las últimas semanas hubo un tema que no tuvo mucha repercusión, quizá porque fue leído como demasiado francés, como un asunto interno, cuando en realidad toca nudos de la cultura global –en caso de que algo así exista–, es decir, nexos de la economía internacional, del capitalismo mundial y, por qué no, de la propia la literatura (¿pero entonces la literatura tiene que ver con el capitalismo? ¡Quelle horreur!). Según informa Le Monde, el jueves 24 de septiembre, en la Tercera Cámara del Tribunal de Gran Instancia de París, el grupo multimedia La Martinière (propietario, entre otras, de la gran editorial Seuil) llevó a juicio al buscador norteamericano Google. “Hasta ahora”, continúa Le Monde, “ningún editor se había animado a acusar judicialmente al gigante californiano”. Con los apoyos del muy local Sindicato Nacional de la Edición (que nuclea a 530 editores) y de la aún más local Sociedad de Gente de Letras, Seuil pide 15 millones de euros, y la suspensión inmediata de la digitalización de libros que, sin autorización, lleva adelante Google. Yann Colin, abogado de Seuil, acusa: “El sistema de Google es ilegal, es peligroso y es perjudicial para los editores”, ante lo cual Alexandra Neri, abogada de Google, responde: “Lo que hace Google es absolutamente legal. Jamás negamos que Seuil controlaba los derechos de las obras en papel, pero nunca probaron que tenían los derechos para las versiones digitales de esos textos”. El veredicto se espera para el 18 de diciembre.

(Sigue en la contratapa de Perfil)

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