Alguien bailando en nuestro interior
sólo aprendió unos pocos pasos:
el “haz-tu-trabajo” en ritmo de cuatro por cuatro,
y el vals del “no-aspires-a-tanto”.
Él no ha advertido aún a la mujer
de pie lejos de la lámpara,
esa con ojos negros,
que sabe la rumba,
y pasos extraños en ritmos sincopados
de las montañas de Bulgaria.
Si danzan juntos,
pasará algo inesperado.
Si no lo hacen, el próximo mundo
será muy parecido a éste.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario