27.3.09

DALÍ EN EL PARQUE GÜELL / 26 DE SETIEMBRE DE 1956

Xiquets de Valls, vosotros sois como una Egipto, pero una Egipto al revés, porqué Egipto elevó pirámides de piedras muertas a la muerte y vosotros eleváis torres de carne y hueso vivos al cielo de la mística española. Un español, el pintor Mariano Fortuny, es un genio; yo también. Gaudí es un genio; yo también. Prim, Fortuny, Gaudí son de Reus; yo también. Yo también porqué, como escribió nuestro filósofo Francisco Pujols, en nuestro país hay muchas gentes que si no son de Reus, casi lo parecen. Yo también, porqué, como escribió nuestro filósofo Eugenio Montes, en momentos actuales de terrible depresión moral y espiritual, es un honor vivir y ser español; los de Figueres, los de Port Lligat, lo mismo que los de Sevilla, El Escorial, España toda entera, sabiendo la importancia de nuestro país, formamos esa tierra unida, esa tierra mística, esa tierra del siglo y de la unidad espiritual.En una ocasión fue preguntado Gaudí donde estaban los planos de su catedral de la Sagrada Familia, y respondió que hacía arquitectura sin planos, pero los tenía en la mente. En 1927, el mismo día en que llegué a París, desayuné con el místico y protestante Le Corbousier y viendo mi creación diosiniana, inquirió si tenía idea de lo que la arquitectura del futuro podía llegar a ser y yo le respondí que Dalí tenía idea de todo y sobre todo. La arquitectura del porvenir, respondí, será blanda y peluda. Blanda ya lo está siendo con Gaudí y peluda lo será por Dalí, y también entonces elevaré miradas al poder creador de Gaudí. Y así mismo lo ha reconocido últimamente el propio Le Courboisier en las últimas fases de la arquitectura ya que en ellas impera la gravedad sobre las formas helicoidales de acuerdo con nuestro genio Gaudí.

Ahora me voy a Nueva York, desde Port Lligat, y allí continuaré lo que hoy he empezado aquí y daré solución a la obra más grande y genial que los arquitectos hayan nunca soñado, o sea la proporción de que las nuevas leyes tienen que ser un producto del coeficiente de elasticidad de la sección áurea y de la divina proporción del Renacimiento del Tretinia y del fraile Luca Paciollo. Dado que estos últimos 20 años he estado en contacto con lo que se puede llamare la flor de los intelectuales, los filósofos de la arquitectura y constatando que hay algunos que más o menos se imponen rozando la genialidad, digo que cuando un español sale genial, no se puede comparar con nadie; únicamente somos sordos en nuestro propio país; pero de Velázquez no ha habido en España más que uno y de Gaudí no ha habido más que Gaudí y tardarán muchos siglos antes no se produzca otro igual.

Hace algún tiempo cayó una bomba en Hiroshima y después han venido las bombas de hidrógeno, pero los pintores locales continúan pintando sus naturalezas muertas y sus árboles trazados más o menos oloquinos como si nada verdadero hubiera pasado, pero antes que la primera bomba, cayó en el propio corazón de Barcelona una bomba más temible y potente, porque en vez de ser una bomba destructiva fue una bomba creadora, en vez de ser una bomba uniforme, fue una bomba morfológica y, en vez de destruir, aniquilar desintegrar, en el lugar donde cayó, en este mismo corazón de Barcelona, se levantaron los edificios sublimes del arquitecto Gaudí; la prueba de lo que digo es que aquí, en nuestro país, no nos damos cuenta de la importancia cósmica de Gaudí, es el hecho que los Amigos de Gaudí tienen abierta en el Tinell una exposición maravillosa de documentos y objetos de Gaudí, y tenemos que hacer constar que ha sido casi exclusivamente visitada por extranjeros.

Como que las conferencias, menos las que yo pronuncio, suelen ser un acto de aburrimiento casi integral, considero mucho más eficaz pasar a acción Y realizar el cuadro que ya está aquí preparado. En la Escuela Real de San Fernando de Madrid gané el primer premio de pintura, pero hice una apuesta con los otros alumnos diciendo que ganaría el premio, sin que mi pincel rozara, ni tuviera el mínimo contacto con la tela. Realicé el cuadro echando “tacas” de pintura a un metro de distancia, pero con una tal destreza, digna del pintor reusense Fortuny, que el resultado fue un desnudo femenino que me servía de modelo, el cual ganó, ya que los profesores desconocían mi método, el primer premio de la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado. Pero no solamente gané el premio, sino que como en Madrid la gente estaba muy lejos de lo que pasaba en Europa, para ellos descubrí el divisionismo, el fontillismo, y hubo una serie de pintores que especularon como si el fontillismo fuese una invención daliniana.

Esto que voy a hacer es mucho más importante, porque cuando me han dicho de venir a hacer la conferencia, he pensado que venir nada más que para hablar no valía la pena, y que era mucho más práctico que si me molestaba en venir desde Port Lligat a Barcelona para esta ocasión, me fuera habiendo acabado ya la Sagrada Familia; lo que vamos a hacer ahora, porque hago una profecía y doy mi palabra de honor de español que sería imposible terminar ideológicamente sin seguir las pautas del “quitrán”.

Al pensar lo que haría ya lo he dicho esta mañana: Que si saliera bien, bien y si saliera mal, mejor; ha salido mucho mejor.

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