El chuchitril resultó más amable de lo que esperaba, aún tiene un par de problemas eléctricos y de calores, pero nada que no se pueda solucionar con un buen electricista o un split. Hice unas fotos y las quiero colgar, para que vean cómo vivo. Quedó sencillo pero divertido. La semana próxima voy a subir detalles y hasta algunas fotos que salieron mal. Las esculturas son de Taliano y de Buraczewsky, gentilísimos regalos. El Mike Boiarsky me lo vendió Matías Solla en dieciséis pesos. El lugar estaba hecho mierdita, y me quedó así.
¡Qué muñeca tiene este arquitecto, carajo!
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