24.4.08
FACUNDO / DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO
"Es inagotable el repertorio de anécdotas de que está llena la memoria de los pueblos con respecto a Quiroga; sus dichos, sus expedientes, tienen un sello de originalidad que le daban ciertos visos orientales, cierta tintura de sabiduría salomónica en el concepto de la plebe. ¿Qué diferencia hay, en efecto, en aquel famoso expediente de mandar partir en dos al niño disputado, a fin de descubrir a la verdadera madre, y este otro para encontrar un ladrón? Entre los individuos que formaban una compañía habíanse robado un objeto, y todas las diligencias practicadas para descubrir al ladrón habían sido infructuosas. Quiroga forma la tropa, hace cortar tantas varitas de igual tamaño cuantos soldados había; hace en seguida que se distribuyan a cada uno, y luego con voz segura dice: "Aquel cuya varita amanezca más grande mañana que las demás, ése es el ladrón". Al día siguiente, fórmase de nuevo la tropa, y Quiroga procede a la comparación y verificación de las varitas. Un soldado hay, empero, cuya vara aparece más corta que las otras. "¡Miserable! -le grita Facundo con voz aterrante-, ¡tú eres!..." Y, en efecto, él era; su turbación lo dejaba conocer demasiado. El expediente es sencillo: el crédulo gaucho, temiendo que efectivamente creciese su varita, le había cortado un pedazo. Pero se necesita cierta superioridad y ciero conocimiento de la naturaleza humana para valerse de estos medios".
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario