Cuando el padre
vio cómo nos ocultábamos en los rincones
preguntó qué pasaba.
Les mostramos las cabezas mal rapadas y
él puso el grito en el cielo.
¿Cómo dejaron que esa bruja
les hiciera semejante desastre?
Tomé coraje para responder por mis hermanos menores.
Ella es nuestra madre, afirmé. Y sus hijos
no son los hijos del viento. Somos sus hijos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario