Parecen familiares del cielo y brillan, delicados y lentos,
sin mostrarse, para el que los contempla, ni amigos ni enemigos.
Se inclinan blandos y victoriosos a todos los vientos
y son, en la tarde abierta, más testimonio o prueba que testigos.
sin mostrarse, para el que los contempla, ni amigos ni enemigos.
Se inclinan blandos y victoriosos a todos los vientos
y son, en la tarde abierta, más testimonio o prueba que testigos.
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