Listo, chicos, me voy a escribir cuentos bien lejos. Después, quince días de descanso en Cariló. Y nada de promesas difíciles para este año: el año pasado me comprometí a hacer una película y a ampliar el estudio de arquitectura, y las dos cosas quedaron en el camino. La peli, porque perdimos dos concursos en el INCAA, uno en Francia y uno en Segovia, y ya no tenemos veinte años como para hacer algo under: necesitamos plata y una movida seria. No plata para nosotros, sino plata para pagarle a todo el mundo. Agradezco igual a los profesionales que se ofrecieron a poner el hombro de onda. Cuando brille el campo verde, cosecharemos juntos. Lo mismo para los arquitectos con los que me junté: el año que viene haberá mirácolo, palabra del Taller Místico, pero no lo vamos a quemar aquí y ahora.
Gracias a Andrés Tronquoy por la interesante reseña de Playa en No Retornable. Gracias también a Magda Díaz y Morales, de la revista Narrativas, de México, por publicar El café de los micros en su número 4, y a Pablo Giordano por su entrevista para Untitle. Hay una segunda entrevista buena y larga que me hacen los chicos de Los asesinos tímidos, en el número que está a la venta en las mejores librerías de la Capi a tres chirolas. Gracias también a Silvina Friera de Página 12 por recomendar mi libro este domingo, como programa veraniego.
Gracias a todos los que me mandaron revistas: a Living (los tres últimos números), a Summa + y Barzón, a Todo Obras, a ALT P, a la SCA, a 30-60, a Haciendo Cine, al Anartista y a Los asesinos tímidos.
Gracias a los que me mandaron libros, a Maxi Tomas y a María Luna de Norma por la antología "Cuentos breves para leer en el colectivo 2"; a Jorge Luis López Aguilar por "Cantor secreto"; a Marina Serrano por "Formación hospitalaria" (a quien le debo la publicación de varios poemas que tengo seleccionados para marzo); a Julián D'angiolillo y a Asunto Impreso por "La desplaza - Radiografía del Parque Rivadavia" (lo estuve mirando, es una joyita).
Gracias a Hugo Caligaris de La Nación y a Juan Boido de Radar, por seguirme publicando.
Gracias a Damián Tabarovsky y a todas las chicas de Interzona, son unas genias.
Y finalmente gracias a ustedes, lectores de Milanesa con papas... ¡los amo!
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