2.6.06

HEINER MÜLLER / 1950

NAPOLEON POR EJEMPLO lloró cuando en Wagram
Su Guardia se dio a la fuga pasando por encima
De sus propios heridos y los pisoteados
Heridos gritaban VIVE L’EMPEREUR
Monumento conmovido: su zócalo gritaba.
Cierto domingo, acabado el trabajo, marchó él,
LENIN, a cazar unas liebres
En compañía sólo de su chofer.
Por tomarse un respiro. En el bosque entró solo,
Pues el chofer tenía que vigilar el auto
Que era insustituible. Bosque adentro
Lenin se encontró con un campesino
Que buscaba setas. Se olvidó de la caza.
El viejo refunfuñaba contra el poder soviético
En la aldea, tanto arriba como abajo
Mucho discurso y poca harina, como siempre.
Hasta las setas escaseaban. Se rió
Cuando Lenin anotó las quejas, los nombres
Y los errores de los compañeros.
Ya se había quejado él otras veces, más de dos.
No somos nadie. Si por ejemplo tú fueras Lenin
Y Lenin un hombre que escuchase como tú
Podría uno pensar que las cosas pueden cambiar
Pero tú no eres Lenin y todo sigue igual.

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