Fin de un secreto.
Estoy en Cariló, gracias al buen modo de mi amigo Edgardo González Amer, que acaba de cumplir cincuenta años y me prestó su casa de veraneo. Anoche visité Puerto Hamlet y vi por segunda vez "La caída", la película sobre los últimos días de Hitler. Esta noche veré la de Wallace & Gromitz. Postear me está costando porque no logré hacer arrancar el wireless en mi laptop. Tomo unos desayunos buenísimos, enciendo fuegos para asar carne y escribo un poco. Camino. Ayer, después de la película, me tomé una botella de champán Mum.
Hoy terminé de leer "Sábado" de Ian McEwan y quedè conmovido. Es genial. Y a las dos me llamó Martín desde Londres, previo contacto por mail. Martín es un lector/director que está empecinado en filmar "El amor enfermo" desde hace tres años. Me acaba de hacer una propuesta tan buena para comprarme los derechos para cine, que es difìcil que pueda conseguir una mejor. No obstante, quedé en contestarle el miércoles, porque hay otros dándole vueltas al proyecto.
Lo que me gustaría ahora es pactar la reedición.
Tengo los derechos de nuevo conmigo. Alfaguara no quiso hacerlo. Y no tengo otras noticias de nadie más. ¿Tusquets querrá? ¿Anagrama? La estoy ofreciendo: en un par de años tendremos la película, pero no quiero esperar tanto. La quiero ver en la calle cuanto antes, tengo una ansiedad como de año nuevo (dijo Charly García). Necesito ver El amor enfermo de nuevo en las librerías. YA. Se escuchan ofertas vía mail.
Última: en el hammam de Ulises hay un detalle de mi caracol ganador en el almanque de la SCA, con una delicatessen de la dueña de casa. Gracias, Diana.
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