Tras la triste ida del Maestro Bucay, nos renovamos con dos nuevos genios en el plantel. Todo, siempre, para poder hacer más y mejores milagros literarios.
La primera incorporación es… (chachán, chachán): ¡Deepak Chopra! Un tipo fino, vestido en Modart, elegante al hablar (no como Osho que usa expresiones del tipo “verga” y “chabón”). Además, durante siete años fue cajero del Banco Provincia que queda en Plaza Italia y los tres años siguientes trabajó en el mostrador del correo de la calle Serrano, en atención al público. Lo que necesitábamos en esta banda de salvajes.
El otro es… ¡el ghostwriter del Buky! Se nos pegó. Es igualito: tiene su misma panza, la barba candado, usa tintura Colibrí para el pelo y pulóveres marrones de Chemea. La montura de los anteojos también es casi la misma. Ni van a notar la diferencia. Además:
1) En la adolescencia tuvo un Fiat 600 y lo arreglaba él mismo, con lo que Claudio María Domínguez está chocho: basta de taller mecánico para su catramina.
2) Tiene un parri pollo habilitado en Ituzaingó y otro trucho en Padua.
3) Le gustan las Barbies.
4) El año pasado completó el album de Bob Esponja.
5) Hace milagros de multiplicación de texto.
Osho dijo de él: “es un copado”.
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