Es un poeta chino del año 400. Vivió 62 años. Se compuso su propio epitafio. Los dos últimos versos me gustaría que estuvieran también en mi piedra, cuando me toque.
“Si existe la vida, es necesaria la muerte.
Morir demasiado pronto no es un destino cruel.
Ayer era un hombre con todos ustedes,
ahora estoy con las sombras.
El alma vuela y parte no se sabe adónde,
mientras el cuerpo inerte yace en el ataúd.
Mis hijas llamarán a su padre en vano,
mis amigos llorarán inclinándose.
No sabré de lo verdadero y lo falso,
no sentiré el bien ni el mal.
¿Quién pensará en mis vergüenzas
dentro de diez mil años?
¿Quién pensará en mi gloria?
El único pesar que traigo de la vida
es no haber bebido suficiente vino.”
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