El Monumento tiene un registro poético, no documental.
¿Qué es lo que hace la poesía? Decir lo no-dicho. Poner en relieve la ausencia.
Nos pareció más interesante, a Sebastián y a mí, la forma poética que el
registro documental. Para ejemplo de registro documental histórico está el
propio Auschwitz, con sus vitrinas llenas de zapatos, ortopedias, valijas, pelo
humano. Auschwitz es su propio monumento: las cosas se ven donde sucedieron. Un
ejemplo de registro histórico no documental es el memorial de Miami, una mano
abierta, gigante. Para nosotros, arquitectos, un poco patética. El ejemplo de
monumento poético es el de Peter Eisemann de Berlín. Nos gustaría que cuando se
hable del nuestro, los caminos lleven a esa hermosa plaza laberíntica del socio
de los Five.
Las piezas que se eligen para los registros documentales
son las que, justamente, documentan la tragedia. Suelen ser objetos reales de
los que la sufrieron. Cartas, anteojos, ropa. Los pocos que hay en la Argentina
están en el Museo del Holocausto de la calle Montevideo, o los tienen los
parientes de los sobrevivientes. Los objetos que nosotros elegimos para el
Monumento son nuevos, comprados o donados por gente común. Elegimos piezas que designan
a a la mayor cantidad de gente de la actualidad. A nosotros, ahora. Lo que
invoca su ausencia es la desaparición de una cultura.
Los elementos elegidos nos convierten en seres culturales
y contemporáneos. La ausencia de los mismos nos borra del mapa.
Tampoco utilizamos símbolos de guerra, ni religiosos, ni
políticos. Símbolos de guerra son condecoraciones, armas. Religiosos son
candelabros, kipás. Políticos: banderas, escarapelas, el pañuelo de una Madre
de Plaza de Mayo. Quisimos utilizar solamente objetos comunes, sin carga
adicional, y que cualquiera haya utilizado en su vida. Ya sea de bebé, de joven,
de persona madura, hombre o mujer, anciano. Una zapatilla, un cd, una botella,
un libro nos nombran a todos. Un candelabro hubiera nombrado a la liturgia
judía solamente. Las cosas elegidas son comunes a todas las tradiciones
Creemos que el registro testimonial hoy está
sobretrabajado. Además: ¿quién iba a donar un objeto de época? Si lo donan, que
lo hagan al Museo. Acá se iban a romper inevitablemente en la manipulación, y
hubiera sido como hacer desaparecer parte de una historia.
Quisimos ser abarcativos para que el Monumento no represente
solamente al Holocausto Judío, sino que comparta su dolor con otros genocidios
de la Humanidad. Se nombra la tragedia social, no una tragedia determinada. El
genocidio de la Shoá es todos los genocidios. En el testamento del dolor
estamos hermanados, porque a todos nos falta alguien.
Una de las sobrevivientes, Lea, nos dijo que en
cautiverio soñaba con una cama limpia, con un pan. Objetos felices. Eso es lo
que pusimos ahí. Bicicletas, chupetes, juguetes, flores, utensilios, lapiceras,
anteojos, zapatos. De estos objetos felices está hecho el Monumento. Los
objetos que puede usar Lea u otro judío, un gitano, un armenio, yo. El
Monumento es un regalo de la comunidad judía a la comunidad internacional, para
que ningún genocidio de la historia sea olvidado jamás.
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