“La profesión es un lenguaje. Cuando nos enseñan a ser profesionales, nos trasmiten un
lenguaje nuevo.”
Chernov vino al taller a charlar con nosotros. Chernov es el
escritor más serio que conozco; Pati me corrigió y dijo que seguramente quería
decir riguroso, pero yo quería decir serio. Un grande de la literatura. Le
pregunté qué cuento de él no podíamos dejar de leer y me dijo, sin dudarlo, “Amo”.
“Es una historia que rescaté de una de mis novelas, El
amor imperfecto, en la que hay un personaje que sufre de priapismo, o sea
una erección incoercible”, explica. “En esos días tuve una mesa redonda con un urólogo
que me preguntó qué estaba escribiendo. Le conté y me dijo: el priapismo se
cura con un buen susto. Ahí hay una novela, pensé. Un urólogo que, como una
Sherezade del mal, le cuenta historias de horror al paciente, con intención de
asustarlo para la cura. Amo fue uno de esos cuentos.”
- ¿Lo publicaste dos veces?
- Lucía poco en esa novela. Cuando tenés algo que pensás que
está bien más vale insistir y encausarlo en algún lado para que se destaque. Por
eso lo trasladé hasta el libro de cuentos, y lo puse como título: “Amo”.
Chernov aprendió su profesión de médico manipulando cuerpos
humanos. Lo mismo hace en sus novelas con cuerpos de palabras. Rara vez son normales:
la mayoría de las veces son cuerpos enfermos, que casi siempre están
experimentando una metamorfosis para convertirse en algo peor.
Me apegué a la frase de Philip K. Dick que dice “el cuento
puede tratar de un crimen, pero la novela va a tratar del criminal”, para
indicarle que la mayoría de sus cuentos tratan sobre la vida de ciertos personajes.
Lili me apoyó en la afirmación: “más que cuentos parecen micronovelas”.
Chernov pensó un instante y terminó diciendo que se reconoce más novelista que
cuentista. “Amores brutales”, el primer libro de su exitosa carrera, está ahí
para desmentirlo.
Chernov mantiene la verosimilitud de sus tramas partiendo de premisas inverosímiles. Es cruel: ubica a sus personajes en mundos imposibles y después les exige carnadura y corrección. Estudiamos varios textos: “La enfermedad china”, “Eugenia convertida en obra de arte” y “La composición del relato” -mi preferido de “Amores brutales”-; “El torero hemofílico”, de “Amor propio”; “Luz negra”, “Forever Young”, “Dos cadáveres” y “Amo”, del último.
Al final leyó el primer capítulo de su nueva novela de
asesinatos múltiples, pronta a salir por Interzona. Título: “Después de la furia”.
Promete cantidad de muertos. También trajo un capítulo inédito de un libro
autobiográfico que cuenta sus experiencias: “En la guardia”, de cuando era
estudiante.
La clase estuvo perfecta. Fue una alegría tenerte con
nosotros, Carlitos. Comimos empanadas de carne y tomamos malbecs. Te mandamos
un abrazo gigante; beso a Ana y buen viaje a México.
¡Gracias por escribir y por venir!
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