1 - El cuento norteamericano no es explosivo, no está lleno de acción. Es un cuento de estancamiento: Carver. En sus páginas no suenan disparos de arma.
2- La historia que nos gusta es sobre gente que comete
errores. Si alguien escribiera una historia sin errores, sería un error.
3- ¿Si la escritura es un matrimonio? ¡No! Es mucho más
excitante que eso. Y requiere de una sola persona.
4- El que escribe cuentos está acostumbrado a frenar cada
veinte páginas y cambiar de amigos. O sea: cambiar de personajes.
5- Las cosas más horribles que pasan en la vida son las que
jamás creemos que nos van a pasar. Por eso los personajes suelen ser
supersticiosos.
6- No me gusta pensar que mis finales son ambiguos. Me gusta
pensar que son claros, aunque no cierren del todo. Hay situaciones que no se
pueden cerrar, como las enfermedades. Las historias con finales cerrados
mienten. “Vivieron felices para siempre” es falso, nadie vive siempre feliz. No
hay un final cerrado en la vida de ninguna persona, pero todas las personas
tienen sectores de sus vidas con finales abiertos, sin que por eso sean
ambiguos, y son como cuentos.
7- La escritura es un acto de fe. A veces escribo algo que
pienso que puede ser muy gracioso y termina no haciéndole gracia a nadie. Se
complica aún más en las traducciones. La poesía y el humor es lo primero que se
pierde en una traducción. A veces, para que no se pierda, los traductores
cambian los chistes. Puse un chiste en uno de mis textos que era imposible de
traducir al francés.
“¿Cómo se llama la mujer que se casa con un marido sin
brazos ni piernas?: Carrie(d)”. En inglés la palabra carried, "llevado", hace juego con Carrie. La mujer que lo va a llevar en andas toda su vida. El
traductor francés, inteligente, convirtió la humorada. “¿Cómo se llama la mujer
que se casa con un dentista fracasado?: Car(r)ie”. Y ahí se entendía para el
lector francés. Los dos chistes dicen más o menos lo mismo, que ambas mujeres
están igualmente condenadas a servir a sus maridos inútiles hasta que el
divorcio las separe.
8- La pregunta ¿se puede enseñar a escribir? no es correcta.
Debería ser: ¿Se puede aprender a escribir?
9- El mejor mérito atribuible a un maestro es el de no haber
desalentado al alumno.
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