Como si fuera un Isidro Parodi de Chacarita, inicié la velada con una baraja española, dispuesto a la adivinación. Estoy seguro de que
tanto Borges como Bioy Casares extrajeron sus deducciones con naipes de los “Seis
problemas…” del libro “Cartomagia” de José Ketzelman, porque hay por lo
menos tres que son igualitos a sus actos de prestidigitación escritos con el
HAGO Y DIGO. Es un buen juego
transformar cada truco en una deducción, cambiando los palos por personas,
animales o cosas, y dotando al preso de la 273 de un sherlockismo que parece
azar, pero la trampa lo vuelve racional. Las primeras ediciones de ambos libros
son de 1942, a lo mejor se conocieron. Les hice el truco de “Las doce figuras
del mundo” (fui prestidigitador en mi infancia). Después leímos el cuento, mientras degustábamos un delicioso
marquisse de chocolate preparado por las delicadas manos de la arquitecta Moira
Sanjurjo, eximia pastelera de la Clínica. Ver el detalle de la foto: entre todos decoramos con las azuquitas una "M" en su honor.
Para teorizar, nos fuimos al “Suspense” de Higsmith, del
que les dejo un fragmento:
“El escritor de suspenso puede mejorar el nivel y la reputación
de la novela de suspenso sembrando en sus libros las cualidades que siempre han
hecho que las novelas fueran buenas: perspicacia, carácter y una apertura de
nuevos horizontes para la imaginación del lector. Si, por ejemplo, un escritor
de suspenso va a escribir sobre asesinos y víctimas, sobre gente en la vorágine
de un terrible torbellino de acontecimientos, debería hacer más que describir
la brutalidad y la sangre derramada. Debería intentar arrojar algo de luz en
las mentes de los personajes, debería estar interesado en la justicia o en la
falta de ella en el mundo, el bien y el mal, la cobardía y el coraje humanos,
pero no solo como fuerzas que hacen avanzar su trama en una dirección u otra.
En una palabra, sus personajes inventados deben parecer reales.”
Leyó Fernando, al que volvemos a felicitar: acaba
de obtener una mención en el X Certamen Literario Regional de cuento y poesía “Alejandro
Vignoti”, del Municipio de San Andrés de Giles, y espera la publicación. Capo.
El cuento que escuchamos en clase está bien escrito, pero tiene un mal final; entre
todos le terminamos ofreciendo tres diferentes. Y le recomendé que leyera un cuento mío
que no salió en ningún libro y también tiene una mascota que la pasa mal. Va el
link de "Mandarina":
Al final leyó Fabián un cuento muy bueno sobre la
extinción, que ilustré con “Caleidoscopio” de Ray Bradbury. Fernando instaló
dudas sobre la traducción y sobre la autoría. Me quedó como tarea
para el hogar preguntarle a Bettina, la hija del escritor, a quien tengo de
amiga en el feis. Les conté de mi fake con la nota del Planetario. Acá va para
que la lean. Chau.
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