El PRO está confundiendo selectos premios, que la Ciudad debería honrar, con simples jubilaciones que el Estado tiene la obligación de dar. Mal ahí: esa modificación que están intentando promover desde la Legislatura es una vergüenza y una trampa roñosa y evidente.
Los Premios Municipales
deberían ser un orgullo para los administradores de la cultura. Demuéstrenlo.
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