Inés Fernández Moreno tiene cinco libros de cuentos
publicados: “La vida en la cornisa”, “Un amor de agua”, “Hombres como médanos”,
“Mármara” y “Malos sentimientos”. Ya leímos cuentos de tres, los dos primeros y
el último. Destacamos “Oxímoron” y “Qué yeta ser mujer”. Tienen un sentido del
humor muy agudo, como el de la autora, a quien tendremos de visita en la
Clínica el primer miércoles de noviembre. También estudiamos “El paraíso de la
pileta grande”, con un cambio de narradora en la mitad de un párrafo que es
asombroso. Como el 6 de noviembre es primera reunión de mes normalmente toca
dulce y café, las delicias a las que Moira nos tiene acostumbrados, pero esta
vez vamos a hacer una excepción y a convidar con las empanadas de carne con las
que halagamos a todos los invitados, más vino. No sea cosa de que Inés se nos
cele.
Hablando de comilonas saladas, ayer tuvimos un banquete de Medio Oriente. Laura y Pablo se pasaron: ella hizo falafel y lo explicó de esta manera:
“son albóndigas de garbanzo”. Él también garbanceó:
hizo cinco versiones de hummus. Clásico, picante, de zanahoria, con albahaca y…
¡de chocolate y miel! Y le agregó un snack
de garbanzos horneados al estilo Nat Kiako. Degustamos (morfamos, bueno) los
hummus con galletitas de queso y grisines. Bebimos vino tinto.
Hubo dos lecturas, la de Leo y la de Fernando. Leo expuso
un cuento vertiginoso, de terror, basado en la consigna de la historia de
brujas. Dio para hablar sobre el miedo en la literatura. Para ejemplificar un
caso que da pánico, Lilia mencionó "Otra vuelta de tuerca" de Henry James. Yo
podría agregar unos cuantos relatos de Quiroga o de Roland Topor. La literatura
sigue dando miedo, claro que sí.
El cuento de Fernando tiene una estación de trenes que
funciona como un organismo vivo. Muy interesante. Me hizo acordar a
"Siukville", de Mario Levrero, o a instantes de “La ciudad”, parte de la
trilogía de novelas cortas del mismo autor que completan “París” y “El lugar”.
También me hizo acordar al cuento de Samantha Schweblin "Hacia la alegre civilización de la capital". Recomiendo ambas lecturas. Recomiendo también
mañana, por este mismo canal, los ocho consejos de Ernest Hemingway para
escribir. No tienen desperdicio.
Recuerden que el 30 de octubre no hay clase porque está
la fiesta del Premio Clarín de Novela, que esta vez tocó en miércoles. Y sí,
las novelas matan a los cuentos. Ya lo sabíamos.
Todo el mundo lo sabe.
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ResponderBorrarLa respuesta a su comentario también, Don Espinosa.
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