"La mitad de la literatura (de Proust a Carrère) trabaja con la memoria: el intento imposible de reconstruir el pasado. La otra mitad (de Verne a Tolkien) recurre a la imaginación, crea mundos. Algunos (Hemingway) ponen el acento en el mundo exterior, otros (Joyce) en la interioridad. Muchos (Homero, Tolstoi, Asimov) cuentan grandes guerras, reales o imaginarias, se meten en la piel de grandes personajes. Otros muchos cuentan la vida de la gente común (Carver). Todos los escritores hablan de sí mismos, directa o indirectamente: ofrecen su visión personal del mundo. Eso es lo que compramos al leer: una visión del mundo que de una u otra manera nos identifica."
Santiago Llach en LA AGENDA
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