7.9.17
CUARTA TEMPORADA DE LA CLÍNICA DE CUENTOS DEL GALPÓN ESTUDIO / PRIMERA JORNADA
Hola. Aquí estamos de nuevo por cuarta vez, con este formato de tres meses que tanto disfrutamos. Como la idea es no innovar, la largada la marca la arquitecta Sanjurjo con su torta de siempre, la cheesecake de maracuyá, servida con café. Una buena costumbre de la Clínica. Y esta vez empezamos de fiesta, porque don Fernando Espinosa, asiduo concurrente y escritor en ciernes y no tan en ciernes, acaba de salir finalista del VII Concurso Internacional de relato "CAÑOS DORADOS", con un cuento con un espejo roto corregido en el taller. Un caño de cuento, cañazo.
La jornada se inició leyendo a Jack London, uno de sus mejores relatos, pero no el que se lee en todos los talleres. No sé qué pasa pero siempre que en un taller se lee a London, van a "Encender un fuego". Lo mismo pasa con Salinger y "Un día perfecto para el pez banana" (que al lado de "El hombre que ríe", por ejemplo, no le veo la gracia). El cuento que leí es... "Un pedazo de carne", el del boxeador que pelea contra su edad. Lo saqué de la edición de Corregidor de los cuentos completos que me regaló Paula Pampín.
Hay seis concurrentes: Fabián, Fernando, Jonathan y Pablo, los de la clínica anterior que volvieron a anotarse. Y dos nuevos, Nicolás y Deborah.
El turno de lecturas fue por orden de envío: primero Pablo, segunda Deborah. Al primer cuento le falla el monstruo, la construcción del monstruo, para eso estudiamos textos de Lovecraft y Robert Bloch, el que escribió el guión de "Psicosis" de Alfred Hitchcock. Para apoyar el cuento de la niña, leí uno de un joven que hasta hace poco no conocía, Pablo Colacrai, de su libro "Nadie es tan fuerte", ediciones Modesto Rimba. El cuento se titula "El mejor regalo del mundo". Es buenísimo cómo surfea entre el presente y el pasado. Y sobre todo porque se ajusta exactamente a la máxima de Hebe Uhart, que sale en el libro recopilado por Lili Villanueva:
"Estoy cansada, por ejemplo, pero ¿cómo es la cualidad de mi cansancio?, o ¿de qué manera particular uno se cansa de sí mismo? Si la observación o percepción no está acabada, completa, me abstengo de escribir, porque lo que escriba va a traicionar la idea que tengo del tema."
Nuevamente por acá, la Clínica. Saludos.
muchas gracias Gustavo por el compromiso en la difusión permanente de nuevos autores entre tus talleristas y tus seguidores. es de una generosidad que hace la diferencia! besos enormes! flavia
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