28.9.16

SEGUNDA TEMPORADA DE LA CLÍNICA, EPISODIO 4

Leímos dos cuentos de Borges, uno al empezar la clase, el otro al terminar, porque a la realidad le gustan las simetrías. Fueron "El Evangelio según Marcos", de "El informe de Brodie" y "Hombre de la esquina rosada" de la "Historia Universal de la Infamia". El segundo sirvió, junto al comienzo de "Yo, ustedes y yo" de Dalmiro Sáenz, para ilustrar los cuentos de Fabián y Daniel, narrados en primera persona a un tercero invisible que no es el lector. Recordamos al gran Dalmiro, que se nos fue hace poquito. La dedicatoria que me hizo a "Setenta veces siete", su primer libro de cuentos del que poseo la primera edición, dice: "Para Gustavo, cómplice amigo, fantasma, con mucho amor". No tiene fecha. Me impresionó encontrar la palabra "fantasma" ahí, aunque sé por qué la escribió.
Belén leyó también, y se tiene que decidir por un final brusco, a lo Lamborghini en "El niño proletario" o más blando a lo Schweblin en "Un hombre sin suerte". Leí también ese preciosa narración de Saki que es "El cuentista", para explicar el jugo que se le puede sacar a unos desconocidos que deciden relacionarse momentáneamente en un sitio público. Ya sea el subte, un tren, o una calle cualquiera.
Nos comimos todos los bollos brillantes -brownies veganos- que nos regaló Natalia Kiako. Estaban exquisitos. ¡Gracias, Nat! 
Y así pasó el primer mes de la segunda temporada.  

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