27.5.10

DOLI EN ÁMBITO FINANCIERO / MÁXIMO SOTO

P.: ¿A qué se debe su interés por la ciencia, algo que uno reconocía como rasgo en Jules Verne, Aldous Huxley, los escritores de ficción científica, y hoy reaparece en algunos escritores no necesariamente de ciencia ficción?

G.N.: El tema de la clonación es de mucha riqueza, y tiene el riesgo de que la realidad supera la ficción, que todo lo que uno pueda imaginar ya lo pensó algún científico, como Matt Ridley, que explica que la clonación humana va a existir porque es imparable. Ya se está experimentando, y las cosas se van a tener que ir resolviendo a medida que vayan sucediendo. Va a haber problemas individuales y sociales. Tener un bebe para que reemplace la médula de otro con leucemia mieloide ya existe. Eso ocurrió hace poco en Inglaterra. Y un clon es perfecto para fragmentos de reemplazo. En cuanto al interés literario por la ciencia tiene que ver, entre otras causas, con el acercamiento a la gente que ha tenido la ciencia en la última década. Hay una difusión del saber, una democratización de conocimientos que antes eran exclusivos, cerrados, herméticos, y hoy hasta son noticias en los diarios. Internet ha colaborado en ese sentido, uno puede saber qué es el remedio que está tomando, cuales sus componentes, cual es el genérico. Esa vulgarización tiene aspectos controversiales, pero toda una realidad que antes era un misterio hoy tiene un camino accesible a la información, al conocimiento. En nuestro país, Diego Golombek creó la colección «Ciencia que ladra» que es maravillosa, donde científicos iluminan cosas que resultaban oscuras, reparten su saber entre todos los que simplemente tienen inquietudes. Golombek corrigió el núcleo científico de «El corazón de Doli» porque yo no quería que tuviera errores. Y muchos de los especialistas que han escrito libros en esa colección me dieron explicaciones simples de problemas que como arquitecto, por ser de otro palo, me resultaban complicados.

Sigue en el diario.

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